Día 10.
Observando a la vida.
Los sabios de la antigüedad comenzaron a acumular sabiduría cuando descubrieron la idea de que uno podía ser el observador, solo observando como funcionan las cosas y con la mente libre de ideas preconcebidas. Así lo hicieron pero no solamente con la naturaleza sino también con las relaciones humanas.
Mientras más observaban más descubrían que en todo existen patrones. Al observar la naturaleza comenzaron a entender los ciclos de la vida. Entre las personas, vieron las acciones y sus reacciones, relaciones y conflictos. Comenzaron registrar sus ideas acerca de estos patrones y sus escritos fueron coleccionados en los antiguos clásicos como el I Jing (I Ching).
Uno de los beneficios de ser el observador es la claridad que proporciona. Cuando observamos un evento con indiferencia imparcial, podemos ver mucho más que las personas que mezclan sus emociones con el asunto, porque esto las hace tener una visión limitada de lo que tienen enfrente, en lugar de una vista amplia que toma en cuenta todo lo que sucede y a su entorno. La observación indiferente es lo que da a los sabios esa claridad para resolver problemas aparentemente imposibles. Ellos miran y entienden la situación antes de decidirse por un curso de acción.
El Dao para hoy.
Practica la observación. Mira todo lo que haces durante el día como si estuvieras viendo una película. Si vas conduciendo un vehículo y alguien se te atraviesa, toma distancia mental y observa como reaccionas, date cuenta de como manejas tus emociones mucho más fácilmente cuando solo eres un simple observador.
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