Día 15.
Vida temporal.
La percepción humana no nos permite darnos cuenta de los cambios graduales en nosotros mismos porque suceden de manera constante. Si lo pensamos, sabemos que estamos envejeciendo, tal vez porque no podemos sentir ese cambio, queremos creer que nuestro estado actual es de alguna forma permanente.
A veces esta ilusión es erosionada o destruida en su totalidad cuando nos encontramos cara a cara con nuestra mortalidad. Esto puede ser cuando sabemos de alguien que ha muerto o cuando comparamos nuestras fotos recientes con fotos de varios años atrás. Nos damos cuenta, con un escalofrío, que el tiempo no espera por nadie y que todos nos vamos acercando un poco más cada vez a la muerte. ¿Puedes estar seguro de que todos vamos a seguir aquí dentro de diez años? ¿Y que te parece un año más o siquiera de aquí a mañana, podemos saber que aquí estaremos? Darse cuenta y aceptar la temporalidad de nuestra vida es un paso importante hacia la iluminación.
El Dao para hoy.
Ninguno de nosotros puede decir con toda seguridad que nuestros días van a seguir uno después del otro. Tampoco podemos afirmar que una vez que hayamos exhalado continuaremos inhalando. Verdaderamente nuestra vida es transitoria y su temporalidad no se mide en años si no más bien en momentos. Decide hacerte consciente en el aquí y ahora. Dirige tu atención a cada momento según lo experimentes y aprecialo como el regalo milagroso que es.
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